Cómo sobrevivir a la diabetes
>> domingo, 19 de septiembre de 2010
Me causa gracia leer el título con el que comienzo este post. Si supiera la respuesta!
El año pasado me hicieron un análisis de sangre y ooops! en cuanto lo vio el médico, me pidió un remis y me mandó derecho al hospital, donde me internaron de urgencia.
Una glucemia de 370, cuando lo normal es un valor entre 70 y 100, no era joda.
Al salir del hospital me dieron una dieta, me enseñaron a utilizar el medidor de glucosa y los distintos tipos de insulina que, a partir de ese día, me acompañarán para siempre.
Apa, que fuerte eso de "siempre"!
Sí, es un antes y un después.
Una podía almorzar yogur, saltearse comidas, tirar todo el día con mate y galletitas, comerse un regio sándwich/refuerzo de milanesa, un chivito en la Pasiva… y lo dulce… alfajores Jorgelín triple, o Capitanes del Espacio, o mousse de chocolate Parmalat, o el yogur con frutas de Conaprole… pensar que en Montevideo yo vivía a la vuelta de una heladería La Cigale!
Y paf. Debut de diabetes. Fin para todo lo dulce. Inicio de una vida de comidas ordenadas, con horario y con balance de hidratos de carbono, proteínas, vitaminas…
Vuelvo al título. Cómo sobrevivir.
Se puede. A veces se convierte en una carga pesadísima, un día cantás “no existe un momento del día/ en que pueda olvidarme de ti” … maldita diabetes!
A veces se convierte en una vara que tengo delante a la que estoy obligada a saltar. Y ese salto, aunque difícil, es bueno para mí.
Paradoja: me siento mejor que antes! Bendita diabetes! Antes vivía con dolores de panza, mi vista era borrosa por las noches, mi energía se agotaba durante el día.
Bajé dos talles. Subí más de dos escalones en la conciencia de que mi salud depende, en gran parte, de nadie más ni menos que de mí.
Miren qué desafío!
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